Abogado ilustre ramón Domínguez Benavente

Como profesor de Derecho Civil, destacó por el talento y profundidad con que realizaba sus clases. Estricto, brillante y exigente, tuvo además un hondo sentido social y fue el autor de “Derecho Sucesorio”, una de las obras más completas y lúcidas de la literatura jurídica nacional.

En 1932 ingresó a la Facultad de Derecho de la Universidad de Concepción, de la cual egresó en 1937, recibiendo el premio Universidad de Concepción, que se otorgaba al mejor alumno de la promoción. El 14 de septiembre de 1938 obtuvo el grado de Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales en la Universidad de Chile, con amplia distinción, atendido que a la sazón sólo ésta se hallaba legalmente facultada para otorgarlo.

Su memoria de prueba para licenciarse versó sobre «La Cuenta Corriente Mercantil», obra que según don Raúl Varela Varela, su profesor informante, «presenta un cuadro claro y completo del contrato, ilustrando sobre las dificultades que presenta su explicación doctrinaria y su aplicación práctica».

El título de abogado lo recibió de la Corte Suprema en enero de 1939. Recién recibido comenzó a ejercer la abogacía en Concepción en el bufete del entonces decano de la Universidad de Concepción, el jurista don Alberto Coddou Binimelis. Al poco tiempo, como el señor Coddou asumió el cargo de vicepresidente de la Corporación de Reconstrucción y Auxilio – antecesora del SERVIU – a raíz del terremoto de Chillán, que aquejó principalmente a la ahora 8a Región, decidió crear su propio estudio de abogado, en el que trabajó hasta 2002, prácticamente hasta su muerte. Éste se mantiene desde su fundación hasta la fecha, ahora a cargo de su hijo, Ramón Domínguez Águila, quien siguió con brillo el camino emprendido por su padre.

En 1940 el novel abogado, por sus méritos y conocimientos, fue nombrado profesor de Derecho Civil en la Facultad de la Universidad que fuera su Alma Mater, cátedra que desempeñó ininterrumpidamente por más de treinta años, hasta jubilar. Su prestigio como profesor fue reconocido por las numerosas generaciones de alumnos que recibieron sus lecciones. En sus clases era estricto y exigente. Tenía un método de enseñanza original, que giraba en torno a situaciones prácticas, con un permanente uso de la jurisprudencia, de la que era agudo analista.

En forma paralela a sus labores docentes y al ejercicio profesional activo – con una nutrida e importante clientela -, desde 1930 hasta 1960 fue director del Servicio de Asistencia Judicial, organismo que dependía del Colegio de Abogados, antecesor de las hoy Corporaciones de Asistencia Judicial. Allí, junto con contribuir a la formación profesional de los postulantes, con gran sentido de la responsabilidad personalmente concurría a alegar los asuntos que defendía el servicio a su cargo ante la Corte de Apelaciones. Aunque civilista, tuvo a su cargo importantes procesos penales.

Durante 20 años fue abogado integrante de la Corte de Concepción. Algunas sentencias que redactó son clásicas. Pero a raíz de una huelga de jueces que se produjo el año 1968, renunció a su cargo, por estimar que tal hecho era incompatible con la dignidad de la función judicial.

Su talento y profundos conocimientos los exhibió en su obra en tres volúmenes, titulada «Derecho Sucesorio», la que redactó junto con su ya mencionado hijo, y que constituye una de las obras más completas y lúcidas sobre la materia dentro de nuestra literatura jurídica, editada por la Editorial Jurídica. Además fue autor de numerosos e interesantes artículos sobre Derecho, publicados principalmente en la Revista de Derecho de la Universidad de Concepción.

Como abogado, don Ramón estimaba que también debía cumplir una labor social, por lo que atendía y defendía gratuitamente los derechos de personas de escasos recursos que estaban imposibilitadas de pagar honorarios. Su amor por el derecho y vocación por la abogacía fueron heredados por su familia. Entre sus descendientes se cuentan dos profesores de Derecho Civil, su hijo Ramón Domínguez Águila y su nieta, Carmen Domínguez . Además su cónyuge, su hijo, su nieto y su yerno, son todos destacados abogados del foro de Concepción. Este ilustre jurista falleció en Concepción en agosto de 2004, a los 90 años de edad.




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2 Comentarios en Abogado ilustre ramón Domínguez Benavente

  1. Carmen Domínguez Dice:

    al igual que mi hermano quisiera agradecerles esta preciosa reseña de mi abuelo. no la había leído pero mi pidieron escribir una para una nota que quieren hacer de él y la encontré. El abuelo es uno de los mejores abogados que he conocido, de una gran lucidez y capacidad amaba con pasión su profesión a la que trató de honrar siempre en su vida. apreciaba además entrañablemente a su querida Universidad de Concepción en la que se desempeñó hasta que debió jubilar. En fin, fue un honor tener como abuelo y será siempre un ejemplo no sólo para nosotros sus nietos sino también para tantas generaciones que le tuvieron como profesor. Muchos saludos y gracias

  2. Julio Dominguez Dice:

    Muchas gracias por la reseña de mi querido a abuelo. No soy abogado,a pesar que mi abuelo siempre me preguntaba si iba a estudiar leyes. Por él,que todo el mundo estudiara leyes era lo óptimo.
    Quizás muchos de ustedes no saben, pero uno de los grandes amigos de mi abuelo fue don Manuel Somarriva. Al día de hoy, yo mantengo mucho contacto con Don Manuel Somarriva hijo.Las cosas de la vida.
    También quiero contarles que mi abuelo nació en Ninhue,VIII Región, fue hijo de agricultor y fue compañero de curso de Nicanor Parra. Su cariño por la tierra siempre estuvo presente y diariamente cuidado de sus flores y su gran jardín.Un gran tipo, brillante….
    Saludos

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