Fundación Pro Bono, una buena práctica en crecimiento
Su misión es contribuir a que personas, sectores o grupos vulnerables accedan a la justicia a través del trabajo voluntario de los abogados.
Ya no es novedad que abogados y estudios jurídicos chilenos están realizando una significativa contribución a la comunidad a través del voluntariado legal o trabajo Pro Bono. Esta buena práctica -promovida y organizada en nuestro país por Fundación Pro Bono- permite que miles de personas de escasos recursos y organizaciones sociales cuenten con asesoría legal gratuita, oportuna y de calidad.
La Fundación, integrada exclusivamente por abogados, ha logrado que más de cincuenta estudios jurídicos y cientos de abogados que ejercen libremente la profesión donen sistemáticamente servicios legales voluntarios a quienes, de otra manera, no podrían contar con ellos.
Para quienes promueven el pro bono, éste no sólo constituye un deber ético que favorece a los que reciben sus servicios, es también una práctica que ennoblece y dignifica la profesión, enriquece personal y profesionalmente a quienes la realizan, desarrolla nuevas habilidades y hace personas más felices y satisfechas.
Desde la perspectiva de los estudios jurídicos, el pro bono se entiende como una manifestación de la responsabilidad social empresarial que les corresponde, en cuanto están organizados como verdaderas empresas de servicios profesionales.
La práctica del pro bono trae múltiples beneficios para las firmas que la fomentan y apoyan; mejora el clima laboral, atrae a mejores talentos profesionales, aporta experiencia profesional, entre muchas otras externalidades positivas.
Si bien entre los abogados de nuestro país existe una tradición de realizar trabajo gratuito, éste ha sido normalmente esporádico, inorgánico y, por lo mismo, invisible y poco valorado.
Muchas veces la buena disposición a prestar asesorías legales gratuitas se vio frustrada por la falta de un intermediario que contactara la oferta de servicios legales gratuitos con la necesidad de los mismos.
La formación de redes de estudios y abogados dispuestos a asumir permanentemente casos, el desarrollo de alianzas estratégicas con instituciones públicas y privadas para identificar oportunidades y clientes pro bono, la puesta en marcha de un sistema de selección, derivación y seguimiento, todo lo cual realiza Fundación Pro Bono y, sobre todo, el apoyo constante del Colegio de Abogados de Chile A.G., ha permitido organizar esta práctica y transformarla en un aporte permanente y sistemático de los abogados.
Gracias a una intensa campaña de difusión y al creciente interés que ha despertado en los medios de comunicación, ya se ha instalado en nuestra cultura legal el concepto de trabajo pro bono de los abogados y la comunidad está tomando conciencia del aporte que estos están haciendo para facilitar el acceso a la justicia de miles de personas e instituciones que no cuentan con recursos para contratar a un profesional.
Visibilización
La visibilización del pro bono es útil y eficaz para motivar a nuevos abogados y firmas a sumarse a esta iniciativa, pero sobre todo para llegar con los servicios pro bono a espacios y personas que aún no lo conocen.
En tanto, el registro y cuantificación del pro bono es esencial para ir midiendo, evaluando y proyectando el potencial de la contribución pro bono al sistema de acceso a la justicia en Chile y es uno de los principales desafíos que enfrenta actualmente la Fundación.
Inspirada en los Reportes de Sustentabilidad que las empresas realizan en el marco de la RSE, este año se invitó a los estudios jurídicos asociados a registrar e informar -a través de un Reporte Pro Bono- el total de horas realizadas. De los 50 estudios y fiscalías de empresas asociados, 17 de ellos reportaron su contribución pro bono 2007, que se tradujo en 5.200 horas de trabajo gratuito.
La creación del reporte ha logrado establecer un concepto estándar de qué se entiende por pro bono y ha generado ciertos mecanismos de medición del mismo para cuantificar, calificar y certificar el cumplimiento de este deber ético.
Éste responde a la necesidad de implementar hacia el año 2010 la Declaración Pro Bono para las Américas, iniciativa impulsada por el Cyrus Vance Center del Colegio de Abogados de la Ciudad de Nueva York, suscrita por los principales representantes de la profesión, y que establece la aspiración de que los estudios jurídicos y profesionales que la ratifiquen realicen un mínimo de 20 horas anuales pro bono por abogado.
Durante 2007, más de 400 personas, organizaciones sociales y microempresarios fueron atendidas a través de la Fundación; se realizaron 9 jornadas de educación en derecho a las que asistieron en total más de 500 personas y se elaboraron dos informes en derecho que fueron ampliamente difundidos.
La Fundación fue reconocida por el Global Compact de las Naciones Unidas y Dalberg Global Development Advisors como una de las 45 instituciones a nivel mundial con la cual es recomendable asociarse.
De acuerdo a un ranking elaborado por la publicación Latinlawyer, los estudios de abogados de Chile y México son los que más horas de trabajo dedican a pro bono.
La Fundación continúa sumando voluntades a este movimiento e invita a todos aquellos abogados que son miembros del Colegio de Abogados de Chile A.G. a conocer, participar y sumarse a esta iniciativa.
Aun cuando el Pro Bono no pretende constituirse en la solución al problema del acceso a la justicia en nuestro país, constituye eso sí una importante contribución a través una iniciativa novedosa de colaboración privada que apuesta a un cambio de nuestra cultura legal y que pretende continuar sumando voluntades para mejorar la justicia en nuestro país.
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Un comentario en Fundación Pro Bono, una buena práctica en crecimiento
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Muy loable labor en donde se les puede contactar, yo radico en Zapopan Jalisco.