Los abogados y el Colegio, por fin, derogamos Cassaba

En los hechos fuimos, siempre, consecuentes con la palabra empeñada. La batalla emprendida contra la inconstitucional, nula e inaplicable Ca$$aba fue denodada.

Hoy vale la pena recordar el inicio de nuestra lucha. Aquella que tuvo como símbolos una simple mesa plástica, unos volantes impresos en nuestros Estudios y repartidos en Lavalle 1220, y credenciales de papel rojo con letras blancas, recubiertas en plástico colocadas en nuestras prendas de vestir, bien a la vista, que nos identificaban como “Gente de Derecho”.

También quisiera subrayar la voluntad de hierro de unos pocos, quienes con lluvia, frío o calor, nos dedicábamos a explicar personalizadamente, a cada colega que nos quisiera escuchar, el atropello constitucional que significaba Ca$$aba.

Durante aquellos largos meses de 2004 juntamos las primeras 500 firmas que elevamos en sendos petitorios a la Legislatura de la Ciudad, la Jefatura de Gobierno, la CSJN, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Nación, Poder Ejecutivo y Legislativo Nacional y hasta al mismísimo CPACF. Este último gobernado por entonces por quienes redactaron el proyecto de creación de Ca$$aba, a la sombra de sus pseudo opositores quienes terminaron siendo funcionales y socios en el nacimiento y en la existencia de la caja.

A pesar de la precisa y detallada fundamentación en Derecho sobre la evidente inconstitucionalidad, no obtuvimos respuesta alguna a nuestro legítimo reclamo. Tampoco de la nulidad e inaplicabilidad pese a que la ley nacional 24.620 fulmina con la nulidad absoluta e insanable cualquier acto de las instituciones de la Ciudad que contradigan la Constitución Nacional. Ante el silencio cómplice de las autoridades públicas y de “los de siempre” que manejaban todos los estamentos de la abogacía de la Capital Federal, y la inminente puesta en vigencia de la ley 1.181, luego de invitar desinteresadamente a todo colega que quisiera sumarse, el 13 de diciembre de 2004 planteamos la acción declarativa de inconstitucionalidad ante la Justicia en lo Contencioso Administrativo Federal. Tocó en sorteo el Juzgado Federal Nº 1 del Dr. Marinelli, quien la rechazara “in limine” por una inexistente incompetencia, aunque luego, y después de un absurdo periplo por la Cámara y luego por el fuero de la Seguridad Social, la CSJN terminara enderezando al ordenar la reasunción de competencia del Dr. Marinelli.

Las primeras de muchas victorias

Nunca cesamos de colectar adhesiones a la demanda de “Gente de Derecho” y así, dos meses después de nuestra primera victoria en las elecciones del CPACF del 25 de abril de 2006, conseguimos la primera medida cautelar que nos liberaba de Ca$$aba. La Dra. Biotti, por entonces jueza subrogante del Dr. Marinelli, se hizo eco de los fundamentos esgrimidos en la acción de clase a la que, como primera medida de gobierno, adhiriéramos al CPACF.

Recordarán que el efecto de aquella primera medida cautelar fue escandalosamente revocado en menos de 48 horas por la Sala V en lo Contencioso Administrativo Federal. A partir de allí, y en orden a que consideramos que se había subvertido el orden institucional, comenzamos a hacer sonar nuestra voz de manera estridente, motivo por el cual fuéramos criticados por “opinólogos consuetudinarios” interesados en el mantenimiento de la caja. Empero, con trabajo, inteligencia, audacia y esmero, comenzamos a revertir la situación.

Así, conseguimos que ANSES, por entonces capitaneada por Sergio Massa, se presentara en el expediente, asumiendo todas las contingencias que pudieran derivar de la potencial derogación o tacha de inconstitucionalidad de Ca$$aba. Si bien la Sala V, como era de esperar, “no cambió el criterio”, conseguimos un dictamen fiscal que recomendaba el otorgamiento de la medida.
Como siempre a cara descubierta, luego de un escándalo producido en un turbio concurso organizado por el Consejo de la Magistratura de la Ciudad, conseguimos el apartamiento de la Sala V. En el hecho quedaron involucrados de manera directa el hijo de uno de los camaristas, un secretario de esa Sala y el letrado de Ca$$aba (hecho denunciado por la UEJN y nuestro CPACF).

Cautelar en mano

Ya con la conducción del proceso por los imparciales y conscientes magistrados a cargo de la Sala IV, logramos la cautelar que dejaba fuera del yugo de Ca$$aba, inicialmente, a 1.526 colegas. En tanto, numerosos fallos de la Justicia Nacional y Federal se sucedían sin solución de continuidad pronunciándose sobre la inconstitucionalidad de la ley 1.181, conforme al planteo que el sitio de Internet de “Gente de Derecho” dejó como guía al libre alcance de todos los letrados.

Luego, una avalancha de adhesiones a nuestra demanda, hizo que la cautelar dejara fuera del alcance de Ca$$aba a más de 10.000 colegas. Hasta el mismísimo Presidente del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, Dr. Enrique del Carril, se sumó en representación de esa Institución, junto a los más conspicuos referentes de esa tradicional Entidad, que adhirieron a la demanda entablada en diciembre de 2004 por “Gente de Derecho”.

La contracautela fijada por la Sala IV resultaba demasiado onerosa en orden a la realidad laboral y económica de muchísimos abogados A raíz de ello, ideamos un sistema de seguro de caución al alcance de todos los matriculados, quienes cubrían su pago con sólo $50 por el término de dos años.

Inconstitucional por donde se la mire

Ya en mayo del corriente, logramos que la Sala IV en lo Contencioso Administrativo Federal declarara la inconstitucionalidad de Ca$$aba en los autos “González”, mientras que la CSJN dejaba firme la obtenida por el hoy Vicepresidente 2º de nuestro recuperado Colegio, Dr. Enrique Carlos Marega, en el primero de los fallos en el que se obtuvo la buscada declaración, “Tarshop”.

También es dable recordar que la referida plana mayor de ANSES, a nuestro pedido, emitió un nuevo dictamen en el que esta vez sostenía airadamente la inconstitucionalidad de la caja cuestionada y, además, el evidente desfinanciamiento del Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones y dejaba expuestos los potenciales peligros que generaba la creación de otras “nuevas cajas” por la Legislatura de la Ciudad, todos ellos fundamentos esgrimidos en nuestra acción declarativa.

Dicho dictamen fue entregado personalmente a cada legislador, por autoridades del CPACF pertenecientes a nuestra agrupación, “Gente de Derecho”; como también hicimos con las más de 14.000 firmas que los abogados pasaban a suscribir por la mesa de informes de nuestro recuperado Colegio y las adhesiones u opiniones de entidades y personalidades que fueron sumándose.

Tiempo de cosechar apoyos

Fuimos honrados con la victoria en cuatro elecciones consecutivas, dos de autoridades de nuestro recuperado CPACF y dos de los Consejos de la Magistratura de la Nación y de la Ciudad. En ellas los colegas reafirmaron “sin margen de discusión” su apoyo a las acciones emprendidas por “Gente de Derecho” en la cuestión Ca$$aba y en todos los terrenos que hacen a los derechos e incumbencias de la familia de los abogados de la Capital Federal.

Logramos sendos apoyos de la Asociación de Magistrados de la Nación, de la Unión de Empleados de la Justicia de la Nación, del Colegio de la Ciudad de Buenos Aires, de la Confederación General del Trabajo, de autoridades Federales y de la Ciudad de máxima jerarquía. Incluso, obtuvimos el compromiso público y personal de los entonces tres principales candidatos a la Jefatura de Gobierno: Mauricio Macri, Jorge Telerman y Daniel Filmus, quienes se comprometieron en el salón auditorio del CPACF a su derogación.

Mientras tanto, la Legislatura de la Ciudad mantenía silencio de radio. Hacía oídos sordos a las promesas de sus principales referentes políticos y al clamor de los abogados. Incluso, algún legislador se subió al carro de la lucha de “Gente de Derecho” recién entonces, con el solo objeto de recuperar su credibilidad largamente perdida y hoy, ya fuera del Cuerpo legislativo, se rasga las vestiduras pretendiéndose “el padre de la victoria”. Sí, aquel que hacía perder el tiempo a los abogados con reuniones de comisión que jamás alcanzaban quorum, siempre lleno de promesas fútiles, como si fuera una versión de Prometeo del siglo XXI. El mismo que no tuvo la capacidad ni la muñeca necesarias, siquiera para lograr un dictamen de mayoría cuando presidía la comisión que, justamente, estaba encargada de los proyectos derogatorios de Ca$$aba.

Exigimos frente a la legislatura

Fue entonces que decidimos ir hasta allí cientos de abogados, a reclamar por la inmediata derogación de la caja. En algunos casos, fuimos víctimas de violenta e inexplicable represión, únicamente por solicitar que se cumpla con la Constitución Nacional.
A pesar de todas la piedras que nos desperdigaban para ensuciarnos el sendero, poco a poco, con los fallos, la paciente e insistente recorrida por todo el espinel institucional, sumado a nuestra presencia constante en la Legislatura y a toda la batería de movimientos que fuimos desplegando, empezamos a recoger importante repercusión mediática y política. Ello sin perjuicio de haber creado una clara conciencia de la inconstitucionalidad, nulidad e inaplicabilidad de la caja, tanto entre la gran mayoría de los colegas como entre la dirigencia nacional.

Poco a poco lo íbamos logrando. Con ingentes esfuerzos y reuniones con Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Oscar Parrilli, Aníbal Fernández, Diego Santilli, Sebastián Gramajo, Martín Borrelli, Alejandro Rabinovich, Oscar Moscariello, Juan Cabandie, Christian Asinelli y otros funcionarios de primer nivel de la Nación y la Ciudad fuimos sumando, uno a uno, los imprescindibles 31 votos para la derogación.

“La hora señalada”

Por fin, y como premio a tanto esfuerzo, audacia, ingenio, valentía, perseverancia y conciencia colectiva de la gran mayoría de la familia de los abogados de la Capital, se logró la derogación de un sistema previsional en un evento único en la historia Argentina. Se terminó con un sistema ideado en la oscuridad durante el 2003, a espaldas de sus supuestos beneficiarios y con la mera voluntad de no más de 20 ó 30 colegas oficialistas. Los mismos que decidieron por entonces la suerte de decenas de miles de abogados y de una pseudo oposición que prefirió sumarse al “negocio” en vez de combatirlo, contrariamente a los vacuos postulados que prometían en sus plataformas electorales de 2004.

Supimos unir la voluntad y el apoyo inequívoco de los abogados matriculados en nuestro recuperado Colegio a un liderazgo obstinado y persistente para terminar con un sistema previsional que mantuvo cautivos a los abogados de la Capital Federal. Los abogados, así, volvemos a tener la libertad de ejercer el inalienable derecho de optar por el sistema previsional que consideremos conveniente.

La semana de su derogación fue muy larga, quizá la más larga de la historia de la Abogacía Argentina. Cabildeos, reuniones, cientos de llamados telefónicos, idas, venidas, sumas y restas… nos dejaron con un pequeñísimo margen. Aunque suficiente para determinar que el jueves 24 de julio de 2008 fuera “La hora señalada”. En ese momento, junto a las personalidades que mencionamos más arriba, decidimos que era el momento de bajar el proyecto al recinto. Teníamos la certeza de que si todos los comprometidos concurríamos a la sesión se derogaría la “maldita caja”.

El 24 de julio de 2008 fue, verdaderamente, interminable. La sesión de la Legislatura comenzó a las 17 horas. La derogación de la caja, único tema que contaba con público para presenciar la sesión era, como siempre, “el último”. Los 150 abogados que hasta allí llegaron permanecieron estoicos aguardando su tratamiento.

Recién a las 02:30 entró a debate. Más de 20 legisladores hicieron uso de la palabra, muchos de los cuales habían sido preparados por las huestes del CPACF que, durante las semanas previas habían sido para ellos, una suerte de asesores “ad hoc”.

Y debimos soportar las oposiciones absurdas, las chicanas y los discursos banales de los legisladores Olmos, La Ruffa, Ibarra, Hourest, Parada y algún otro. En tanto, los espadachines por la Justicia, Borrelli, Gramajo y Moscariello, como máximos referentes, conseguían decididamente sellar el destino de Ca$$aba.

Merecen un reconocimiento especial los discursos de los legisladores Sebastián Gramajo y Oscar Moscariello. El primero por recordar al inolvidable luchador de nuestras causas, Luis Mario Marras, Consejero del CPACF fallecido el 24 de marzo de este año; el segundo por izar decididamente las banderas del CPACF y “Gente de Derecho” al sostener, a boca de jarro e incluso contra la opinión de muchos legisladores de su propio bloque, que “la legislatura no tiene competencia para dictar normas como la de creación de Ca$$aba”. Ambos generaron una ovación cerrada y sostenida de los letrados que no se movían del recinto, ya ampliamente superadas las 5 de la madrugada.

Exactamente a las 05.48 horas el Presidente de la sesión, Diego Santilli, dio por sancionada la ley 2.811 que derogó Ca$$aba. Enseguida se esparció entre aquellos espartanos que se mantuvieron firmes hasta ese preciso momento una infinita alegría y una honda satisfacción, rememorando aquella inolvidable epopeya de la batalla de las Termópilas, esta vez con final feliz.




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