Maltrato a las personas mayores

El maltrato es un fenómeno desconocido pero existente, que debe ser visibilizado.

El maltrato a las personas mayores es un fenómeno sobre el cual se cuenta con información insuficiente, que no es debidamente reconocido por la sociedad en su conjunto, en el ámbito familiar, ni por los propios mayores. Si a esto se agrega el desconocimiento respecto de los mecanismos de protección existentes en la actualidad, nos encontramos con un doble problema.

Por un lado la invisibilidad del fenómeno por parte de la opinión pública, agravada por la ausencia de mecanismos de protección adecuados que permitan prevenir o disminuir su ocurrencia, y por otro, con la percepción cada vez más cierta, por parte de los propios mayores, de que este es un problema que los afecta y al que no encuentran solución. Todo ello provoca el actual estado de indefensión de los adultos mayores respecto al maltrato en nuestro país.

Es por ello que las medidas e iniciativas de intervención deben apuntar a reconocer la existencia del problema del maltrato, y a visibilizarlo socialmente. Los distintos actores sociales: las propias personas mayores, la familia, los profesionales, las autoridades gubernamentales, los tribunales de justicia, los parlamentarios, deben estar informados de su ocurrencia y sensibilizados acerca de su impacto.

Las personas mayores deben tomar conciencia de sus derechos y hacerse partícipes de este problema.

Es necesario incentivar una actitud participativa de las personas mayores, difundiendo sus derechos y promoviendo su legítimo ejercicio. Los avances que el SENAMA ha gestionado: las Escuelas de Dirigentes, los Consejos Asesores Regionales de Mayores, entre otros, deben continuar fortaleciéndose.

Es indispensable promover mecanismos de protección legal ante el maltrato y un acceso adecuado a la justicia.

El proyecto que modifica la ley de violencia intrafamiliar y otros cuerpos legales, para incluir el maltrato al adulto mayor en la legislación nacional, una vez aprobado, constituirá un importante instrumento para prevenir y sancionar este delito contra las personas de edad.

Una vez que este proyecto sea ley, será vital fortalecer las instancias de apoyo y acceso efectivo de las personas mayores a la justicia, ya que hasta ahora suelen recurrir solamente a quienes tienen más cerca.

Las organizaciones de personas mayores, las iglesias, los servicios de atención primaria de salud, los municipios, los programas comunitarios, constituyen espacios donde pueden instalarse centros de captación de demandas y necesidades, a fin de acoger adecuadamente a las personas mayores y crear alternativas para detectar y pesquisar maltratos o violencia en contra de ellas.

También se hace urgente la necesidad de sensibilizar y capacitar a los Tribunales de Familia, Fiscalías y en general a las instituciones que administran y aplican justicia, para considerar a las personas mayores víctimas de violencia y maltrato como sujetos específicos que forman parte de los grupos vulnerables, que requieren soluciones judiciales diferenciadas y respecto de otros miembros de la sociedad.

Se debe prevenir el maltrato generando un cambio en la imagen social del envejecimiento y la vejez.

En materia de prevención del maltrato a mayores se requiere de un cambio cultural.




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